Prácticas corporales para mejorar la condición física de base y el logro de los objetivos personales




Las prácticas corporales se pueden definir  al movimiento realizado por una persona que genera un cierto gasto de energía y modifica el estado de reposo. Las prácticas corporales se vinculan a la estructura biológica y sirven para expresar o comunicar algo, la práctica corporal contempla la condición social, expresando el vínculo entre el individuo y su cuerpo, sus hábitos de vida y otros factores.

 Las prácticas corporales hacen referencia de manera más general al uso del cuerpo en cualquier situación en la que intervienen movimientos, expresiones, actuaciones, interlocución, interpretación, roles, actitudes, aptitudes, formas de poder, lenguaje, lengua, habla, etc.

 PRÁCTICAS CORPORALES RECOMENDADAS

1. Brazos arriba: Ponte de pie. Bien asentado en tus plantas de los pies sobre el suelo. Deja las rodillas libres y relajadas. Mantén tu espalda y cuello erguidos y a la vez sueltos. Siéntete en todo tu cuerpo. Ahora eleva tus brazos al cielo. Estíralos muy altos sin perder tu postura natural. Respira fluido y profundo por la boca. Mantén la postura un rato (de 1 a 5 minutos). Apela a tu voluntad corporal para mantener. Deja salir la voz para aguantar un poco más este esfuerzo. Procura no tensar tus mandíbulas. Si ocurre, deja vibrar tus piernas para sostener tu fuerza. No pierdas la atención a tu cuerpo que es el que se activa y grita según necesita. Confía en él y en su cuidado. Al acabar relájate unos instantes.


 

2. Tensión y distensión: Respira fluido y al inspirar tensa una parte de tu cuerpo (un brazo o una pierna por ejemplo). Contén unos segundos (de 3 a 8) la respiración mientras mantienes la tensión y al soltar el aire libera toda tu tensión con placer y gusto.

3. Movimiento desde la quietud: Retírate a un lugar tranquilo. Siéntete profundo, y deja que tu cuerpo se mueva lentamente siguiendo el silencio. Puedes ayudarte de una música muy lenta. Sin prisa. Más despacio aún. Disfrutando de tu lentitud. Abriendo tus músculos, soltando, escuchando, parando… Desde lo sutil. El tiempo para en tu conciencia. Tu cuerpo disfruta del instante. Tu vida se abre camino desde 

 

 

 

 

4. Dinámica del Stop: De golpe para todo lo que estés haciendo ¡Stop! Suelta y deja que este stop profundo impregne todo tu cuerpo y tu vida. Permanece como estás, ya sea de pie, sentado o en mitad de fregar los cacharros. Siéntete y no hagas nada por unos minutos.

 

 

 

 

PRÁCTICAS CORPORALES DE EXPRESIÓN LIBRE, JUEGO Y VOZ:

 Danza libre: Siguiendo una música que te guste mucho, permite que tu cuerpo dance a su propio ritmo y gusto. Deja que tu atención acompañe relajada a lo que tu cuerpo está expresando y a su propia espontaneidad natural sin necesidad de control. Siente tu libertad corporal. Ábrete al espacio que te rodea. Siente tu propio espacio interno en movimiento. 

 

 Lengua, amplitud y voz: Permite que tu lengua se agrande en tu boca, salga fuera, se mueva y que exprese. Si observas a los niños, su lengua esta activa cuando crean. Deja que guíe tus actos con su vitalidad. Luego, date permiso para ensanchar y alargar tu cuerpo (no lo hagas tú con tu mente, ya lo hará tu cuerpo solo con su propia inteligencia biológica). Desde tu cuerpo abriéndose, deja que emerja tu voz, lo que sea que surja estará bien. Juega a expresar ruidos o lo que sea. Déjate llevar por tu voz libre. Si quieres, acompáñala con tu movimiento corporal, tus manos, etc.

PRÁCTICAS CORPORALES DE FLEXIBILIDAD, RELAJACIÓN, CALMA Y EQUILIBRIO:

Auto masaje: De pie, en postura erguida, relajada y digna. Date golpecitos suaves con los dedos. Primero por tu cabeza, y vete bajando por la cara, nuca, hombros, brazos, pecho, por donde llegues de tu espalda, piernas, etc. Luego desliza tus manos y dedos rápidamente arrastrándolas por tu cuerpo, como si te quitaras algo de encima, siguiendo el mismo orden de antes. En brazos y piernas se más enérgico, soltando y liberando más. Disfruta con ello. También puedes hacerlo en parejas, uno dando y otro recibiendo con gusto.

 Relajación del instante: De pie o andando, al espirar, imagina que sueltas una coraza pesada que tienes por todo tu cuerpo. Siente como tus músculos se liberan y como si cayeran para abajo. Disfruta de tu liberación instantánea.

 Equilibrio simple: De pie, siente tu lengua viva y todos tus dedos de las manos y los pies. Levanta primero un pie y descansa todo el peso en la otra pierna. Estate atento a tu cuerpo intentando mantener el equilibrio al menos un minuto. Si quieres prueba a cerrar los ojos a ver qué pasa.

 Estiramientos: Estira tus músculos y tu cuerpo como sientas. Hay tablas de estiramientos, aunque con cuidado puedes dejar que tu sentir guíe lo que necesitas estirar con calma.

 

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